Cada año, con la llegada de las bajas temperaturas, comenzamos a calefaccionar nuestras viviendas, lo cual influye directamente en la mala calidad del aire.

Problema que se agudiza, considerando que las edificaciones en nuestro país consumen un 26% del total de energía nacional (Imagen 1), son responsables de un tercio de los gases de efecto invernadero y presentan un bajo estándar de Eficiencia Energética.

Por otro lado, se estima que un ciudadano urbano promedio pasa aproximadamente el 90% de su tiempo en espacios interiores, en condiciones térmicas poco confortables durante una gran parte del año. Dada esta referencia es posible dimensionar el impacto que tiene calidad de los ambientes interiores de las edificaciones en la vida y salud de las personas (AChEE, 2014).

Con estos antecedentes, es fundamental comprender que la Eficiencia Energética en una vivienda se debe considerar desde las primeras etapas de diseño. De tal forma, que el diseño arquitectónico busque acercarse lo máximo posible al confort de los usuarios, haciendo mínima la necesidad de gastar energía para calefaccionar o refrigerar la vivienda, alcanzando condiciones ambientales adecuadas para la actividad humana, a un bajo costo económico y baja en emisiones.

Es importante destacar que la Eficiencia Energética existe en la medida que un fin determinado, se consigue con el menor consumo de energía posible. Por ejemplo, la eficiencia no implica apagar la calefacción para ahorrar, sino que persigue que el calefaccionarse se consiga con un menor uso de energía. En este sentido, el edificio debe mostrar efectividad en conseguir una temperatura óptima, haciendo uso de una serie de estrategias arquitectónicas y constructivas que signifiquen un bajo consumo de energía.

Es así, como el aplicar Eficiencia Energética en las edificaciones, contribuye al ahorro energético, mejora las condiciones térmicas, acústicas, de iluminación, de contenido de humedad, de ventilación y calidad del aire interior (disminuye la contaminación intradomiciliaria), aumenta la plusvalía de las construcciones, reduce las emisiones de CO2 y disminuye la contaminación atmosférica de las ciudades. Además, con una temperatura más agradable y con menor humedad en las viviendas, se asegura una mejor salud para sus habitantes.

Si estás pensando en aplicar Eficiencia Energética, revisa nuestros servicios, nuestro portafolio o contáctanos.

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